
Se registraron nueve muertes por fentanilo contaminado en el Hospital Italiano de La Plata.
La Provincia encendió alarmas sobre el fentanilo: "Es más que una advertencia"
La crisis del fentanilo, hasta ahora asociada principalmente a Norteamérica, golpea con fuerza en Argentina. La reciente investigación por la muerte de nueve pacientes en el Hospital Italiano de La Plata, supuestamente vinculadas a dosis de fentanilo contaminado, encendió las alarmas en el ámbito de la salud y la justicia. Este hecho, inédito en su magnitud en el país, evidencia que el fenómeno ya no es una amenaza lejana, sino una realidad urgente que pone en jaque la seguridad de los sistemas médicos y el control de sustancias. Y desde provincia de Buenos Aires ya alertaron.
El caso refleja un punto de inflexión: si bien hasta ahora el consumo ilícito de fentanilo había sido detectado en operativos puntuales —como en Villa Fraga o en el conurbano bonaerense con cocaína adulterada—, ahora el foco está puesto en el uso hospitalario. El fentanilo farmacéutico, destinado al tratamiento del dolor severo en pacientes críticos, podría haberse convertido en una trampa mortal debido a una posible adulteración o error en la cadena de suministro. Las autoridades investigan si hubo negligencia, sabotaje o fallas en el control del medicamento.
Este episodio se enmarca en una tendencia global inquietante, reflejada en datos de la ONU y la OEA: el tráfico ilícito y la manipulación del fentanilo están en alza, con miles de muertes registradas cada año en América del Norte. La facilidad de producción, la alta potencia y el bajo costo han transformado al fentanilo en una sustancia letal, incluso en microdosis, lo que representa un desafío tanto para los sistemas de salud como para los organismos de seguridad y justicia.
Frente a esta situación, resulta urgente una acción coordinada entre el Estado, el sistema sanitario y las fuerzas de control. La prevención del desvío de opioides médicos, la fiscalización estricta de los medicamentos, y una mayor formación del personal de salud son pasos clave. Al mismo tiempo, campañas de concientización sobre los peligros del fentanilo —como se recomendó en foros internacionales— se vuelven imprescindibles. Las muertes en La Plata no son un caso aislado, sino una señal de alerta: el fentanilo ya es una amenaza instalada en el país. Y desde la Defensoría del Pueblo de Provincia de Buenos Aires hubo presentación de informe alertando.
La aparición de fentanilo en Argentina es más que una advertencia
El fentanilo, un potente analgésico opioide sintético, emergió como una preocupación significativa en el ámbito de la salud pública, con un enorme impacto global. Si bien la situación más grave se registra en Norteamérica, la Argentina no es ajena.
Es importante tener presente que este opioide sintético es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.
Hay dos tipos de fentanilo: el fentanilo farmacéutico y el fentanilo fabricado ilícitamente. Ambos se consideran opioides sintéticos.
El fentanilo farmacéutico es recetado por los médicos para tratar el dolor intenso, especialmente después de una operación y en las etapas avanzadas del cáncer.
Sin embargo, los casos más recientes de sobredosis relacionadas con el fentanilo están vinculados al fentanilo fabricado ilícitamente, que se distribuye en mercados ilegales por su efecto similar al de la heroína.
Con frecuencia se añade a otras drogas debido a su extrema potencia, lo que hace que las sustancias se vuelvan más baratas, más potentes, más adictivas y más peligrosas.
Algunos datos de Estados Unidos son realmente preocupantes y dan la pauta sobre la magnitud de lo que estamos enfrentando: aproximadamente 1500 muertes por día en ese país como consecuencia de sobredosis de esta sustancia.
Este breve informe, elaborado en base a datos que recabamos durante nuestra participación en la última sesión celebrada en diciembre 2023 de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la OEA, busca analizar el impacto de esta sustancia en términos de salud, seguridad y sociedades en general.
También incluimos datos del Informe 2023 elaborado por la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas (UNODC).
América experimentó un aumento sustancial en la prevalencia del fentanilo en los últimos años.
Su potencia contribuyó a un aumento en las tasas de sobredosis y muertes relacionadas con opioides especialmente en Estados Unidos, Canadá y México. Se evidenció así una crisis que demanda una atención urgente y coordinada.
Algunos datos a tener en cuenta: Cambio acelerado: la producción barata, fácil y rápida de drogas sintéticas transformó radicalmente muchos mercados de drogas ilícitas. Innovación constante: los traficantes continúan innovando y la gama de drogas disponibles en el mercado se expande.
La cifra acumulada en los últimos 15 años llegó a 1.184 nuevas sustancias. Aumento sin freno: el último reporte de UNODC registra un aumento del 40% en el volumen de incautaciones de nuevas sustancias psicoactivas (NSP) de origen sintético, respecto al año anterior, hasta alcanzar 19 toneladas.
Amplificación: la sustancia, a menudo mezclada con otras drogas (metanfetamina, éxtasis, molly, entre otras), amplifica el riesgo de muerte. Desafíos en el Tratamiento: la potencia del fentanilo presenta desafíos adicionales. Las dosis más pequeñas requeridas para inducir efectos narcóticos aumentan la dificultad de la desintoxicación y la rehabilitación.
Tráfico ilícito: la producción y el tráfico ilícito de fentanilo han generado una nueva dimensión en el crimen organizado. La fácil síntesis química de esta sustancia permite su fabricación a gran escala, alimentando redes ilegales y dificultando los esfuerzos de control.
Epidemia: los fentanilos elevaron hasta máximos históricos las muertes por sobredosis en Norteamérica, fenómeno que se aceleró durante la pandemia de COVID-19. Casi 90.000 muertes por sobredosis en solo un año. El 30 % de las personas que fallecieron eran mujeres. Las cifras de expuestas por expertos de EEUU muestran que durante el período comprendido entre 2018 y 2022, del total de los casos analizados por los laboratorios forenses federales, estatales y locales, la metanfetamina representó el mayor número de estos (42%), seguida de la cocaína (20%) y el fentanilo (19%).
En cuanto a la metanfetamina, hubo una disminución en el número de casos en 2021 en comparación con 2022, mientras que los casos de cocaína se mantuvieron estables.
Respecto del fentanilo, se observa una tendencia al alza en los casos con esta droga desde 2015, habiendo casi duplicado su número entre 2020 y 2022, alcanzando aproximadamente 100.000 casos. En términos de incautaciones, se reportaron 4,8 toneladas en 2020 y 14,7 toneladas en 2022, lo que representa un aumento casi tres veces mayor.
De todos los delitos federales de 2022 en EEUU, 31,5% se correspondió con ofensas por drogas y la mayoría de estas estuvieron vinculadas con fentanilo. En el sistema federal de Estados Unidos, se establecen condenas mínimas obligatorias basadas en la cantidad en posesión y el tipo de droga.
Por ejemplo, para 40 gramos de fentanilo, se aplican sentencias de 5 años de prisión, y para 400 gramos, 10 años. En el caso de análogos de fentanilo, 10 gramos equivalen a 5 años de prisión y 100 gramos a 10 años. Los casos de tráfico de fentanilo aumentaron 275% entre 2018 y 2022, mientras que los casos de análogos de fentanilo aumentaron 161,7% durante el mismo período.
Impacto en Argentina
Argentina experimentó un aumento en el uso de fentanilo y el ingreso ilegal de esta droga a través de las fronteras representa un enorme desafío importante para las autoridades. Por eso el control de los puntos de entrada y la colaboración internacional son esenciales para prevenir la propagación de esta sustancia.
Nuestro país no es ajeno a la situación global: las recientes incautaciones en Villa Fraga (Chacarita) así lo demuestran. Además, esta peligrosa sustancia –una partida de cocaína cortada con un derivado, el carfentanilo- ya provocó hace dos años una ola de muertes en el Conurbano.
En lo que se refiere a la disminución de la demanda, rápidamente debemos iniciar acciones para una mayor concientización pública sobre los peligros del fentanilo. Esto incluye campañas educativas dirigidas a comunidades vulnerables y profesionales de la salud que resultan fundamentales para prevenir la propagación de su consumo.
El impacto del fentanilo en América y Argentina es una seria amenaza para la salud pública y la seguridad. Es imperativo que gobiernos, organizaciones internacionales y comunidades trabajen en conjunto para implementar estrategias integrales que aborden la producción, distribución y prevención del fentanilo. La cooperación internacional y un enfoque multidisciplinario son esenciales para mitigar los efectos devastadores de esta crisis.
Por Walter Martello
Defensor del Pueblo Adjunto de PBA / Responsable del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos