
El consumo pese a las mejoras en la economía, no repunta y hay inquietud
Desde la asunción del presidente Javier Milei, la economía ha experimentado cambios significativos, marcados por un fuerte ajuste fiscal y monetario. Uno de los efectos -negativos- más visible de estas políticas ha sido la marcada caída en el consumo, que se refleja en diversos sectores -en unos más fuertes que en otros- y genera preocupación, tanto en comerciantes como en consumidores.
Según datos del propio INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), las ventas minoristas han experimentado una caída sostenida, sin señales firmes de repunte. Informes de consultoras privadas confirman esta tendencia, señalando una disminución en la demanda de bienes y servicios, desde alimentos y bebidas hasta electrodomésticos y vestimenta. En muchos hogares se recortaron gastos y priorizaron necesidades básicas, lo que impactó directamente en el consumo. También muchos comerciantes expresaron su preocupación por la caída en las ventas y la dificultad para cubrir los costos fijos.
El temor a la recesión
Mientras, economistas y analistas señalan que la caída del consumo es una consecuencia directa de las políticas de ajuste del gobierno, que buscan reducir el déficit fiscal y controlar la inflación. Sin embargo, advierten sobre el riesgo de una recesión prolongada y sus efectos negativos en el empleo y la actividad económica.
Un informe reciente llevado a cabo por el Centro RA, perteneciente a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), muestra que durante la administración de Milei se acumula una caída del 22 por ciento en los puntos de venta mayoristas y del 8 por ciento en los supermercados minoristas.
El reporte exhibe que el crecimiento económico registrado en los últimos meses no se trasladó a un repunte significativo del consumo masivo, poniendo como referencia el comportamiento de las ventas en enero pasado, que subieron un 4,1 por ciento interanual en los supermercados pero cayeron un 11 por ciento en los mayoristas, según el INDEC.
El estudio sostiene que “se vislumbra una profundización de la caída de las ventas tanto mayoristas como minoristas” e indicó que “esto se debe en parte a la pérdida del poder adquisitivo de los salarios por el fuerte salto inflacionario producto de las políticas de ajuste al inicio del gobierno y al aumento de las tarifas que produjo reasignación de ingresos de bienes de consumo a servicios básicos”.
Al analizar dicho escenario, desde el Centro RA consideraron que este descenso muestra “un deterioro mayor de los ingresos reales que en años anteriores como, por ejemplo, la caída de las ventas registradas en 2022 (-5 por ciento supermercados y -0,5 por ciento mayoristas) por causa de la inestabilidad macroeconómica en general y cambiaria en particular”.
Al mismo tiempo, remarcaron que con esta caída “se puso fin a la recuperación de las ventas observada de enero a noviembre de 2023, en donde el aumento acumulado de ventas mayoristas fue del 4,60 por ciento y el de las ventas de supermercados cercano al 3 por ciento”.
En este contexto, el centro de estudios de la UBA también se refirió al andar de la economía, afirmando que “se observa una incipiente recuperación de la actividad económica por el lado de la oferta en algunos sectores productivos, principalmente comercio e industria”.
Sin embargo, manifestaron que “esta recuperación aún no permite recuperar ni una pequeña parte de la destrucción de actividad generada por los ajustes del Gobierno”, puntualizando que “por el lado de la demanda, no se observa una recuperación sostenida de las ventas minoristas, y sí un deterioro aún mayor de las ventas mayoristas”. Sobre ese aspecto, consideraron que “esto podría deberse al deterioro de los salarios debido al atraso cambiario y a la licuación de estos en algunos sectores de la economía, como en el sector público y las jubilaciones”.
Factores que contribuyen

Guiño de Bianco a radicales
