
También forma profesionales, y estima que tiene alrededor de 100 alumnos recibidos.
Federico Rapisardi: “Arranqué con mi bici y una mochila con dos toallas y un aceite”
Federico Rapisardi nació en Vedia, pero, tras 20 años de trabajo en la ciudad, se considera juninense por adopción. Ejerce como masajista hace más de una década, forma a futuros profesionales, y asiste a los deportistas de más alto nivel y de distintas partes del país.
Se trata de una de las tantas historias de superación. Emprendió un proyecto, creció profesionalmente, y hoy es en quien confían muchos vecinos y figuras del deporte. Lejos de olvidar sus inicios, opta por agradecer y rememorar –
Desde abajo
La carrera de Federico en el mundo del deporte es extensa. Estudió Educación Física, se formó como instructor de pilates y personal trainer y trabajó en gimnasios locales. Sin embargo, no fueron estos sus primeros pasos en el mundo laboral. “Trabajé como cartero, fui profesor en la escuelita de fútbol de Newbery y repartí viandas, hice muchas cosas”, destacó el masajista, que recuerda sus vivencias a sus alumnos para motivarlos a seguir adelante.
“Siempre me gustó hacer masajes, pero no me animaba a dedicarme, me daba incertidumbre”, explicó Federico, que finalmente en 2011 se formó y comenzó su carrera. Pero no fue un camino fácil de transitar, porque, una vez recibido, no contaba con un consultorio propio, y los pacientes a los que atendía a domicilio no eran muchos.
“Arranqué con mi bici y una mochila con dos toallas y un aceite”, recordó Rapisardi, que señaló que ese era todo su “capital en Junín”, y que incluso su casa estaba equipada con elementos que no eran propios. “Tenía una mesa prestada, sillas prestadas, heladera prestada. Tenía todo prestado”, explicó.
Inicialmente, Federico trabajaba, a la par, en otras instituciones deportivas, pero, poco a poco, los masajes se convirtieron en su principal fuente de trabajo. “Después de 2 años remándola me pude comprar una moto, y luego mi primer auto”, destacó.
A su voz, perfeccionar su técnica y ganar experiencia no le resultó difícil. “Muchos amigos confiaron en mí para practicar, no tenía ni camilla”, señaló.
El masajista de confianza
“Fue muy difícil ganarme la confianza, el masaje es algo muy privado”, explicó el profesional, que recordó que le “costó mucho” ser conocido por los vecinos de la ciudad por su nueva actividad. “La gente me conocía de otro lado, pero no por los masajes”, señaló.
Es así como, de forma paulatina, encontró su clientela. “No sabía cómo acercarme a una persona desconocida y ofrecerle el servicio”, recordó, y destacó que fue fundamental el “boca en boca” para ganar notoriedad en la ciudad.
“Tuve dos booms en mi carrera profesional. El primero, cuando me llamaron para trabajar con Lucas Matthysse, y el segundo, cuando hice masajes a Ricky Martin”, afirmó Federico, que agradeció las oportunidades que le permitieron acercarse a nuevos pacientes.
Su vínculo con el deporte
En tanto, el masajista deportivo es consultado por muchos profesionales de distintas disciplinas, aunque advirtió que atiende fundamentalmente a “deportistas particulares, porque los clubes no contratan”.
En dicho sentido, señaló que trabaja con jugadores profesionales de Sarmiento desde 2016 e, incluso, el mundo del básquet también cuenta con sus servicios. “El primer basquetbolista profesional que atendí fue Nicolás Romano. Luego llegaron Santiago Scala y Franco Balbi, y los 3 me dieron llegada a muchos más”, explicó Federico, que se mostró visiblemente agradecido con la confianza de los deportistas en él, y que lo ayudó a expandir sus fronteras para atender a jugadores de clubes como Quimsa de Santiago del Estero o Instituto de Córdoba.
En el hockey, también fue bien recibido. “Mi primer equipo de hockey fue el Club Atlético Monte Hermoso”, señaló, y destacó que también trabajó en muchas competiciones con el Club Social, conjunto con el que incluso viajó para disputar torneos fuera de la ciudad, y al que agradece el recibimiento. “Tengo varias medallas gracias a ellas y mi trabajo, es una experiencia muy positiva”, afirmó.
De élite
Fue en enero del 2012, poco tiempo después de haberse recibido como masajista deportivo, cuando el equipo del boxeador Lucas Matthysse lo convocó para trabajar. “Fue un gran desafío, fue el primer deportista de élite que atendí”, señaló Federico, que, desde entonces, trabaja periódicamente con figuras destacadas del deporte e, incluso, del mundo de la música.
En marzo del 2016, el reconocido artista puertorriqueño Ricky Martin se presentó en Junín para dar un show multitudinario y, previo a cantar junto al cálido público local, fue atendido por Rapisardi. “Fue algo muy movilizante”, destacó el profesional, que, recordó, “había soñado que tenía esa oportunidad” y, días más tarde, se hizo realidad. “Me llamaron y pensé que era una broma”, señaló, entre risas, y a las pocas horas estaba frente al cantante internacional en una habitación del Hotel Piedramora.
“Me hicieron firmar un contrato de confidencialidad que implicaba que yo no podía hacerle preguntas privadas, pedirle autógrafos, sacarme fotos ni divulgar lo que se hablaba delante mío”, explicó. Eso fue, indudablemente, un antes y un después en su carrera profesional.
Por otro lado, en el marco de la muestra de la ExpoJunín, llevada a cabo días atrás en la Sociedad Rural local, el conjunto de folklore “Los Nocheros” se presentó en la ciudad para el cierre del evento.
Ese mismo día, Federico atendió a Kike Teruel, uno de los vocalistas y líderes de la banda. “Me llamaron del hotel y me avisaron que necesitaba masajes”, explicó el profesional, y señaló que la convocatoria “fue un nuevo impulso” esperado.
Asimismo, Rapisardi viaja periódicamente a Capital Federal para trabajar con deportistas paralímpicos en el Cenard, entre ellos, Brian Villareal, el flamante atleta especializado en 100 y 200 metros llanos. “El año pasado trabajé con un equipo completo de deportistas paralímpicos de distintas especialidades, como lanzamiento de jabalina y bala, tenis y atletismo”, detalló.
Trabajo diario
A pesar de tener el título de masajista deportivo, en su gabinete, ubicado en calle Libanesa 69, no sólo se atienden deportistas profesionales, sino también vecinos de todas las edades, con dolencias particulares. “El 90% de las personas llega con problemas tensionales, de índole postural”, explicó, y lo atribuyó, fundamentalmente, al estrés y las malas posiciones.
Es que, según detalló, atendió pacientes de entre 10 y 93 años, y advirtió que sólo trabaja con menores con un adulto presente o una autorización expresa.
Además, explicó que el ritmo de trabajo alcanza las 10 horas diarias, lo que depende de la cantidad de pacientes. “En el momento de mayor apogeo, llegué a hacer 15 masajes por día”, señaló, y advirtió que su labor implica “un cansancio físico y mental”, por el contacto con quienes se atienden. “Uno se convierte en un psicólogo, a muchos les gusta hablar”, afirmó. Y agregó: “Yo no cambiaría nada de mi actividad”
En paralelo, Federico también brinda cursos de formación a grupos reducidos de futuros masajistas, con una duración de dos meses. “Siempre me gustó la docencia”, afirmó, y destacó que “ya hay alrededor de 100 masajistas trabajando”.
No caben dudas de que, tras una década de ejercicio de su profesión, su nombre se ha convertido en sinónimo de salud para muchos juninenses. “Junín me adoptó como uno más, es mi segunda casa y mi lugar en el mundo”, afirmó, y destacó que, a pesar de que no olvida sus raíces en Vedia, está felizmente instalado en la ciudad. “Tengo muchas amistades y gente conocida. Ya me considero parte de Junín”, agregó.