
Franco Anselmo Krivokapich: “El Puma”
Nací en el barrio Pueblo Nuevo. Una barriada muy tranquila, jugábamos con los amigos en la vereda al fútbol, al básquet con las ventanas y rejas que usábamos de aros improvisados y hasta íbamos a pescar con el papá de uno de los chicos que nos llevaba siempre.
Fui al jardín San José. Hice la primaria en la escuela número dos, fui con Ezequiel Cerutti, uno de los compañeros más conocidos.
La secundaria la hice en el Comercial con Ezequiel Villegas, quien después jugó al básquetbol. Y el Terciario en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 20 donde cursé Educación Física.
El sobrenombre de "Puma" lo heredé de mi viejo. Me empezaron a llamar igual y ahí quedó nomás.
Empecé a jugar al básquetbol a los cinco años en el Club Ciclista Juninense. Fue por una cuestión de la columna que me habían diagnosticado escoliosis. Entonces eran dos opciones: Natación o Básquet. En ese momento el básquet era mucho más accesible que la natación y fue por ahí la cosa.
En Ciclista estaba de entrenador el Puche Morgan; Maximiliano Moreno; el Colo Balocco; más de grande, Luciano Mignacco.
En las inferiores fuimos campeones en infantiles; en cadetes menores, ganamos la Liga de Juveniles. Gran plantel con los Merlo, Gandolfo, que ahora inclusive están jugando al básquet en Europa.
Después me fui a Baigorrita a jugar con El Depo, pero más que nada para despuntar el vicio. Se juntó un grupo de amigos, con Raúl Scaglione que los juntó a todos. No ganábamos pero la pasábamos bárbaro.
Cuando yo veía que no iba a llegar a jugar al básquetbol grande, que es lo que todo chico aspira o tiene como vidriera, tuve que tomar otro rumbo.
Me dieron la posibilidad de dirigir a los 15 años y arranqué con los cebollitas, premini, mini, preinfantiles, y después vino lo demás con infantiles, menores y juveniles hasta llegar a la primera división.
Luego rendí para árbitro provincial, dirigí el torneo federal, fui a un par de campeonatos argentinos y tuve la posibilidad de llegar a dirigir el TNA , lo que hoy es La Liga Argentina.
Ahora hace cuatro temporadas que estoy dirigiendo La Liga Nacional. No es fácil llegar porque el embudo es muy chico, pero con mucho sacrificio y trabajo se llega. Ahora disfruto del momento.
También a fines del año 2020 recibí un llamado donde me avisaron que estaba entre los 20 árbitros que iban a tener la chance de rendir para obtener la licencia FIBA (internacional). Empecé con el examen físico, luego el técnico y el teórico todo en inglés. Los aprobé a todos y me dieron la licencia internacional, que la renové para el período 2025-2027.
Me favoreció conocer el idioma inglés. Fue una de las grandes ventajas que tuve sobre el resto de los que se presentaron. Hoy el inglés es el primer idioma. Y eso que renegaba de chico cuando mi mamá me mandaba a estudiarlo particular. Hoy en día le agradezco. Pero de chico uno quiere estar todo el día en el club, jugando con sus amigos, y no ve las cosas más allá. Gracias a eso hoy estoy donde estoy.
Por suerte recorrí varios países. Medellín, Colombia; Campina Grande –Paraiba– en el noroeste de Brasil; México; Uruguay; Puerto Rico; Estados Unidos, donde compartí momentos en la casa de un árbitro de ahí, evidenciando un par de cosas arbitrales.
Ahora tengo la posibilidad de cruzar el océano para representar a la Argentina en el Mundial Femenino U 19 que se disputará en República Checa. Es una oportunidad histórica, me estoy preparando con varios profesionales de Junín que me dan una mano y voy a llegar de la mejor manera.
Quiero aprovechar este medio masivo de comunicación para agradecer a los que me apoyan siempre como Flex Gimnasio, Fitter Gimnasio, Leo Goddat Calistenia, Dh Running, Diego Carpinella Psicólogo y Twins Instituto de Inglés.