
Martín Antonio Sofía: Un histórico de San Martín de Junín
Nací en Junín, en el barrio Belgrano, a una cuadra y media del club General José de San Martín.
El barrio era hermoso, muy tranquilo. La gente en las veredas todas las tardes, haciendo amistad con los vecinos constantemente.
Se dormía con las puertas y las ventanas abiertas. Ahora si te descuidás no podes salir a la calle porque te sacan el teléfono o te pasa algo.
Este barrio estaba lleno de ferroviarios. Si había como cinco mil trabajando en los talleres. Y cuando la ciudad se fue expandiendo se iban haciendo las casitas en los lotes que encontraban por el barrio Belgrano. Primero, porque les quedaba cerca, y después, que lo podían comprar porque eran más económicos.
En realidad en esa época la plata rendía y podían hacerse la casita. Si hasta se iban de vacaciones porque podían hacerse un ahorro durante el año.
Yo perdí a mi viejo de muy chiquito y prácticamente me crió mi hermano, Heber Sofía, quien también se desempeñó como árbitro de básquet. Era compañero de Polo Cárdenas, otro histórico del básquetbol juninense, más allá que compartió su pasión con el fútbol.
En el barrio era muy común jugar a los autitos, se hacían carreras por las veredas y a veces también íbamos directamente a la calle porque andaban muy pocos autos por este barrio. A las figuritas también se jugaba, y a la pelota, que era religión. Había campitos por todos lados, sobraban los lotes libres.
Pero siempre veníamos al club, había que practicar al atardecer o cuando teníamos un lugar libre en la cancha.
De técnico estaba el Lolo Etchevers, Humberto Biaggetti, entre otros que fueron pasando por la cancha abierta de San Martín.
Terminábamos los campeonatos y no había nadie enojado con nadie. Un compañerismo terrible, todos amigos.
Eso sí, jugábamos a ganar y por la camiseta, por el honor de lograr ganar. Nadie cobraba un peso, absolutamente nadie.
Eran momentos inolvidables que pasábamos haciendo deportes, nos divertíamos en la cancha, era otra época distinta a lo que se vive hoy.
Nosotros teníamos un plantel hermoso. Jugaba Darío Sabelli, Jorge Viaño, Aníbal Sabelli, Picha Spichialli, Miguel Sofía, Hugo Ochoa, Pepe Moreno. Salíamos a ganar en todas las canchas.
Fue tal el grupo que se armó que para fin de año, todos los 30 de diciembre -sin excusas y sin faltar- nos juntamos en la cancha de San Martín para jugar un partidito, como podemos, por la unión que tenemos.
Fuimos campeones varias veces, pero recuerdo una muy especial cuando Argentino inauguró la cancha actual que fue una fiesta y no pudieron coronarse. Fuimos campeones nosotros, con el equipazo que teníamos que le ganamos la final.
Las canchas en ese tiempo eran abiertas con piso de mosaico. Te caías y te raspabas todo.
Las zapatillas eran las famosas flecha, no había otra para poder hacer deportes. Hoy los jugadores tienen unos calzados extraordinarios y ni hablar si los traen directamente de Estados Unidos o Europa.
En esa época también se entrenaba. Salíamos a correr por el barrio y después algunos abdominales, un poco de brazos, y a jugar. Se entrenaba mayormente jugando en la cancha directamente. Aunque teníamos una tribuna de cemento, chica, pero que nos servía para subir y bajar fortaleciendo las piernas.
Adolfo De Rorre fue un jugador extraordinario, distinto para el básquet de Junín en aquellos tiempos.
No llegué a jugar de compañero con él, pero sí lo vi jugar al básquetbol. Yo estaba en divisiones inferiores y él en primera. De la época, el mejor de nuestra ciudad.
El club San Martín creció mucho. Nada que ver con lo que era antes. El solo hecho que llegaron a poner el techo fue un progreso enorme. Y después deportivamente con todo lo que hizo llegando hasta jugar el Torneo Nacional de Ascenso. Para el club fue ponerse en el sitial nacional y que lo conozcan.
Después de San Martín pasé por Sarmiento, 9 de Julio, Ciclista y Los Indios.
En cuanto al básquet en sí, por supuesto que antes se corría. Pero nada que ver el estado físico de los chicos de ahora. Te pasan por arriba. Entrenan con preparador físico y nosotros lo único que teníamos era el técnico que nos daba órdenes. Hoy es otro nivel.