
Las cadenas de supermercados y empresas de consumo masivo definen posibles aumentos.
Se espera una semana clave para definir aumentos de precios en los alimentos
Esta semana será clave para el curso de las negociaciones que retomarán las cadenas de supermercados con las empresas de consumo masivo y que podrían terminar de definir aumentos de precios con impacto en las góndolas. En realidad, lo que se pretende es avanzar con subas que fueron postergadas en medio del revuelo público que se desató tras la salida del cepo.
En los comercios de proximidad, en nuestra ciudad, tal y como se refirió en una nota reciente de Democracia, los almacenes y minimercados buscan adaptarse a la situación enfrentando además un consumo que continúa retraído, con prevalencia de segundas marcas y el consumo por día, de parte de los consumidores.
Precios, con el rumbo de las primeras marcas
Cosultado sobre las expectativas en torno a precios para esta semana, Marcos Benvenuto, de Requeterrico, señaló que las primeras marcas son las que marcan el rumbo de los precios y se refirió a los rubros alimenticios que más impacto tienen.
En torno a los lácteos, un producto clave, explicó que “se trata de un producto estacional en el cual,como hay menos leche, siempre aumenta en esta época un poquito más”.
Resaltó además que “siempre las primeras marcas son las que marcan el rumbo, tristemente. Siempre le ponen un poquito más de lo que debería ser. Nosotros tenemos fábrica de lácteos y por ejemplo se aumentó el mes pasado un 2%, pero este mes no aumenta. Es un gran tema esto de los monopolios que marcan el rumbo”.
En cuanto a las bebidas, señaló que “las de primeras líneas son las que aumentan. Coca-Cola ya aumentó hace 10 días. No creo que aumente ahora otra vez”. Y reconoció que “sí se ven pequeños aumentos, pero del 2% o 3%”.
“Los fiambres no han tenido aumentos. Muy pocos frigoríficos aumentan cada 3 o 4 meses por el tema de la inflación mensual y demás,pero lo hacen en un 5% cada 3 meses. Otros ni tocan precios por la falta de venta”, señaló, y aclaró que “en sí, la materia prima que es el cerdo no ha aumentado, cuando la carne y el pollo dieron un salto significativo”.
Lógicamente en este tipo de escenarios hay fluctuaciones y disparidad en los precios: “en almacén y demás se venden cosas que han bajado porque habían aumentado después del cepo y luego bajaron al mismo costo y se van manteniendo. Hay muchos productos que se mantienen, los dulces, con precios de diciembre. Pero los mayores aumentos se ven en las grandes marcas: Molino, Arcor, Mondelez y demás, que son los que manejan el mercado”, señaló Benvenuto.
Cambios en las compras
Compras más chicas, en el barrio, con búsqueda de precios, segundas marcas y ofertas para aprovechar, son algunos de los cambios que marcan la tendencia actual en el contexto de un consumo decaído.
En ese sentido, Benvenuto señaló que “bajó el consumo diario y si bien por ahí viene la misma cantidad de gente, hoy está más selectiva, busca lo del día a día, o compara mucho los precios”.
El propietario de Requeterrico afirmó: “tuvimos que bajar márgenes, ganancias en sí, para poner ofertas y atraer a la gente, porque vienen pero hoy se nota que recorren, comparan mucho los precios, seleccionan y compran lo que les conviene en cada lugar, cuando antes por ahí hacían una compra general en un solo lugar”.
En esa línea destacó que “cada vez se nota más el cliente golondrina, que busca el precio y compra en cada lugar donde le conviene. Entonces estamos muy atentos al tema del precio. Compramos cantidad de lo que podemos generar en un precio como para trasladarlo a la gente y que sirva para atraer al consumidor”.
Consumo, en recuperación muy lenta
Fernando Savore, vicepresidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia, señaló recientemente al ser consultado por este medio que en el mes de marzo hubo aumentos significativos: “Tuvimos una invasión de listas y algunos, –por ejemplo, el aceite– rondaban el 10%. En algunas marcas de café también hubo subas de 12%. Fue muy, muy agresivo en lo que fue marzo y durante la primera semana de abril”.
Savore atribuyó parte de esa escalada a movimientos anticipados de las grandes empresas. Tras la eliminación del cepo, algunos precios se mantuvieron pero persiste la expectativa. “Nosotros tenemos más que claro que cada vez que el dólar blue subió, la mercadería varió para arriba”, dijo, y que lo importante sería saber “qué dólar van a tomar: si el dólar blue o el dólar oficial”.
La brecha entre primeras y segundas marcas se amplió considerablemente: “un pan lactal de marca Bimbo, por ejemplo, hay que venderlo en 5.000 pesos y uno marca pyme lo podemos vender entre 2.000 y 2.500, depende de la marca”, describió.
Luego de las vacaciones y del inicio de clases, abril es el mes en que las ventas deben levantar: “es un mes donde la venta se tiene que ir recuperando. Sin embargo, hasta el momento la cuestión va muy lenta.
No hay tanta venta, los comercios están con la venta justa, la gente es más cauta, no es de hacer una compra grande quincenal mensual. La gente se maneja más en el día a día y por ese lado nos favorece el comercio de proximidad porque usted por 12.000 pesos no se va a ir hasta un hipermercado”, relató.
La puja de los grandes
Cabe recordar que apenas se eliminaron las restricciones cambiarias, el 14 de abril, el dólar oficial se encareció en un 12,5%, un porcentaje que las alimenticias y fabricantes de artículos de higiene y limpieza quisieron trasladar a sus productos. No obstante, los supermercados se resistieron a aceptar ese nivel de aumento.
Más tarde, la tendencia a la baja del dólar oficial y la estabilización del tipo de cambio, que el viernes cerró a $1.193,88, generaron un punto de inflexión en las tensas negociaciones.
Semanas atrás, las compañías les comunicaron a cadenas minoristas y mayoristas su intención de aplicar incrementos de entre 9% y 12%, impulsados por la expectativa devaluatoria. Sin embargo, pausaron momentáneamente los ajustes previstos cuando vieron que el dólar oficial retrocedía cerca de $50; sin contar que la caída del consumo interno, que en marzo registró una baja de 5,4% interanual, lleva 16 meses consecutivos de descenso.
Fue entonces que fabricantes como Molinos Río de la Plata y Unilever, y otros como Softys y SC Johnson, resolvieron suspender las remarcaciones, a la par que los supermercados rechazaron convalidar los nuevos precios, bajo el argumento de que la caída del poder adquisitivo y la retracción de ventas no permiten absorber semejantes subas.
En este contexto, en el sector reconocieron que, por ahora, no ha habido aumentos generalizados y que, salvo casos puntuales, en las góndolas se mantienen los precios mientras el abastecimiento continúa de forma habitual.
No obstante, advierten que esta semana “será definitoria” para alcanzar un equilibrio en las negociaciones que contemple la necesidad de rentabilidad de los fabricantes y considere también la deteriorada capacidad de compra de los consumidores.
Si bien se espera que haya aumentos, estos serían más moderados que los anunciados inicialmente, de no más del 3%, en línea con la devaluación del dólar oficial.