
La Laguna va dejando atrás la fuerte sequía que atravesó por más de tres años.
Las lluvias aportaron al caudal de agua en la Laguna que de a poco recupera su nivel
Las intensas lluvias registradas el lunes en Junín, con la caída de alrededor de 110 milímetros en apenas 12 horas, generaron expectativas por la recuperación, -lenta pero a paso constante-, de la Laguna de Gómez.
Cabe recordar que dichas precipitaciones representaron el 27% de los acumulados entre enero, febrero y lo que va de marzo.
En definitiva, el fenómeno aportó un cuarto de los 405 milímetros (promedio), a los que llegó el lunes el distrito para alegría del campo, pensando en la recuperación del nivel de las napas, más que en los cultivos, pero también para el espejo de agua de nuestra ciudad, que arrastraba una fuerte sequía que comenzó en 2020.
Como se puede ver en las imágenes, aportadas por el fotógrafo Claudio Spiga, el agua de a poco va cubriendo las bases del espigón.
Necesidad de lluvias sostenidas
Desde el año pasado, cuando se dieron una serie de precipitaciones sostenidas había comenzado a notarse el beneficio para la Laguna de Gómez.
De hecho a principio de diciembre del año pasado había 860 milímetros acumulados en el distrito que favorecieron que recuperara buena parte de su caudal.
Si bien es cierto que aún resta tiempo para que alcance un nivel óptimo, atrás queda la sequía sufrida y que causó estragos durante cuatro años a Junín y la Región, transformando a la laguna en un gran desierto.
La bajante del agua se había iniciado en diciembre del 2020 y se fue pronunciando cada vez más en el contexto provocada por La Niña; incluso, entre septiembre y octubre de 2023, en algunos sectores hizo que se pudiera cruzar caminando de costa a costa. Pero el beneficio concreto para la laguna se dio por el ingreso de agua en la cuenca superior del Salado, donde están los afluentes de la laguna de Gómez.