
Las protestas, con cortes de rutas y huelgas, comenzaron el pasado 3 de octubre.
Ecuador: diálogo para superar la grave crisis
Los indígenas de Ecuador pidieron ayer al presidente Lenín Moreno que derogue el decreto 883, que elimina el subsidio a las naftas y que desató la ola de protestas, porque si eso no se cumple “seguiremos firmes y unidos” con el “compromiso inclaudicable de defender a nuestro pueblo”.
“Está en sus manos Sr. Presidente recuperar la patria. Tenemos bajo nuestra responsabilidad la dignidad de un país que nos reconoce como su legítimo interlocutor. ¡No vamos a negociar esa dignidad, no vamos a negociar a nuestros caídos!”, dijo el titular de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Jaime Vargas en su alocución en la mesa de diálogo inaugurada a unos 30 kilómetros de Quito y en la que participa Moreno de manera directa.
Renuncia de ministros
Además, Vargas solicitó a Moreno, como un “gesto de paz social”, la “inmediata” destitución de los ministros de Gobierno (Interior), María Paula Romo; y de Defensa, Oswaldo Jarrín, por la “violencia desmedida contra el pueblo y el terrorismo de Estado” durante protestas sociales que estallaron hace 13 días por la quita de subsidios a los combustibles y consecuente suba de las naftas. Las protestas dejaron hasta el momento siete muertos y más de 1.300 heridos.
Las conversaciones -en un colegio salesiano al sureste de Quito- tienen el auspicio de la Conferencia Episcopal y el Sistema de Naciones Unidas en Ecuador, y empezaron con un minuto de silencio por los fallecidos en las protestas iniciadas el 3 de octubre.
El presidente Moreno replicó a Vargas y defendió la quita de subsidios a las naftas, diciendo que beneficiará a la población, sobre todo a los más pobres, y que también fortalecerá la dolarización.
El mandatario llamó a buscar una fórmula para que el dinero generado por la eliminación del subsidio vaya a los más pobres y señaló que en eso debería trabajar una comisión bilateral que analizará las diferentes posiciones.
Sin embargo, dijo que no está dispuesto a conversar con seguidores del ex presidente Rafael Correa (2007- 2017), a quien culpó de la crisis que afecta al país y de haber alentado una ola de desestabilización.
Las protestas, con cortes de rutas y huelgas, comenzaron el pasado 3 de octubre contra las medidas de austeridad económicas adoptadas por el Gobierno, especialmente la eliminación de los subsidios a los combustibles, como parte de las condiciones puestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones para otorgar un crédito de 10.000 millones de dólares.
Ante el descontento expresado en las calles, el gobierno decretó el estado de excepción el 3 de octubre para que las Fuerzas Armadas intenten restablecer el orden.
Tras violentos disturbios ocurridos el sábado en Quito, Moreno también ordenó el mismo día el toque de queda y la militarización de la convulsionada ciudad.
Los indígenas, que representan el 25% de los 17,3 millones de ecuatorianos, son el sector más castigado por la pobreza y principalmente trabajan en el campo. Con la liberación de los precios de los combustibles, deben pagar más para transportar sus productos al tiempo que temen una inflación generalizada.

Lenín Moreno acepta revisar el decreto que desató la furia
